domingo, 1 de febrero de 2009



ALBERTO FOUILLIOUX ESCRIBE SOBRE NAVAL

El columnista de anfp.cl se refiere al ascenso del club de Talcahuano, destacando su historia y la vuelta al profesionalismo después de cuatro años.


El campeonato de Tercera División tuvo un final apasionante. Gracias a la muy buena transmisión simultánea del CDF pudimos apreciar en paralelo los partidos Magallanes-Naval, en el Santiago Bueras de Maipú, y Colchagua-Deportes Temuco en San Fernando. Al iniciarse los encuentros Naval estaba en Primera B. Luego de variadas situaciones se llegó a los últimos minutos con Deportes Temuco como campeón, ya que empataba a dos con Colchagua y Naval perdía uno a cero con la Academia. Pero, en lo impredecible que tiene el fútbol, en un minuto todo cambió. Penal a favor de los de Talcahuano y tercer gol de Colchagua en el sur. John Munizaga no se equivocó desde los doce pasos y los mil quinientos hinchas choreros dieron rienda suelta al festejo cuando Juan Saavedra de tiro libre decretó la victoria de Colchagua. Naval de regreso al profesionalismo en Primera B luego de que en el año 2005 descendiera a Tercera División como Deportes Talcahuano. Un final de total transparencia, como lo manifestó Martín Hoces, gerente de ANFA. Gran torneo, con un promedio de tres mil personas por partido, con jugadores no mayores de 23 años de ricas condiciones y con equipos revelaciones como Revisora Ormazábal en el norte y Unión Temuco, el elenco de Marcelo Salas, en el sur. Todos estos argumentos los esperan hacer valer los dirigentes de Tercera División para que el Concejo de Presidentes de la ANFP aumente a dos los ascensos a Primera B. Este campeonato de la ANFA es la máxima expresión del fútbol aficionado. En este campo está la base de nuestro fútbol por la cantidad de practicantes que tiene a lo largo de todo el país. Creo que la refundación de la Copa Chile puede ser un importante vaso comunicante entre el fútbol aficionado y el profesional como lo es en países más desarrollados futbolísticamente como Inglaterra, España, Italia, Francia etc. La entrega del trofeo en Maipú por el presidente de la ANFP fue todo un simbolismo, ya que volvía a ser profesional un club con historia. Sin ir más lejos Naval representó a Chile en los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952, reforzado con jóvenes de clubes profesionales que no tenían contratos. Su estadio El Morro con su infaltable cañoncito fue escenario de grandes clásicos de la región y recibió muchas veces a la Selección chilena como antes del Mundial de 1962. Cuando jugué y entrené a Huachipato conocí bien a la gente de Talcahuano y creo que si el Morro no está en condiciones para la Primera B, Huachipato y Naval debiesen jugar una semana cada uno en el nuevo y moderno estadio del acero en Las Higueras. Fue un agrado ver como entrenador de los náuticos a un ex jugador, seleccionado nacional como Marcelo Miranda y más aún la convicción religiosa que inculcó a sus dirigidos. Los jugadores una vez terminada la final se pusieron unas camisetas blancas con la inscripción: ¡Gracias a Dios! Esa fe que puede derribar montañas y por supuesto el buen fútbol exhibido permitieron que Naval nuevamente llegase a buen puerto.

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